Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela:
Su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar, ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma... tiene Precio."
¿Entiendes porqué dejé de escribir?
Una vez, un hombre me preguntó que quería ser, y le dije que escritora, después de algunos años, me alegro de no haber seguido un sueño tan duro y que tanto consume el alma.
Que quema, y te atrapa dentro de una habitación rodeada de recuerdos. Que también son una parte de mirar hacia atrás ¿No?
Un sueño del que pocos salen vivos, o cuerdos. Si es el tuyo, adelante. No soy yo, quien queme sueños, por inalcanzables que parezcan. De lo contrario no estaría ahora diciéndote esto, lo sabes.
Noe.
Solo quiero ser una ninfa, para alguien, para ti. De ahí viene mi nombre, mi "pseudónimo" que empezó como todos por una tontería. Un sueño raro. Un momento raro de mi.
Y que ahora ya es como mi otro yo, pero tu no le conoces... y todavía no sé si quieres hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario